Es necesario cuidar nuestra casa para evitar que se enferme. El feng shui dice que el lugar donde vivimos es comparable con una planta a la que debemos cuidar, así como nosotros somos como árboles que dependemos del lugar en el que nos encontramos plantados. Para mantenerse sana y bien, nuestra casa depende de nuestros cuidados y a su vez nosotros dependemos de ella para estar bien. El ser humano como todo en la naturaleza, esta inmerso en el medio y se encuentra influenciado por él. Nosotros, tenemos la posibilidad, a diferencia de los animales, de modificar nuestro entorno y elegir los resultados que queremos conseguir.
Las dificultades surgen cuando no somos consientes o no somos capaces de ver que las cosas andan mal, que nuestra casa se queja no logrando percibir sus avisos. Suele ocurrir que la casa nos este avisando, mediante señales que no tienen por que ser voces misteriosas, ni puertas que se abren solas, sino con repetidas averías, como roturas de bombitas de luz, desperfectos en los electrodomésticos, etc., que están determinando que en nuestra casa la energía no fluye de manera armónica. La carencia o el exceso de energía Chi, hace que en determinados lugares de la casa se produzcan determinadas repeticiones de sucesos que hacen pensar que las cosas no están yendo como deberían.
Cabe señalar que cuando decimos que la casa esta muerta, es cuando en ella las actividades no rinden fruto. Por lo general en esa casa donde las energías se han escapado, las personas que la habitan se encuentran desganadas, sin proyectos, sin fuerzas y hasta con repetidas enfermedades. Podemos buscar la razón en la falta de energía Chi, la que renovada alimenta todos los lugares de la casa. Esta energía es como el aire que respiramos se encuentra en todo lugar y en todo momento.
La casa actúa como una planta, cuando dejamos de atenderla, ésta comienza a secarse hasta que termina muriendo.
Y así como el aire que respiramos a veces es tan denso que parece que nos ahogáramos, cuando la energía Chi se hace insuficiente, no fluye, la casa se empieza a quejar. Para tomar debida conciencia, debemos prestar atención a todos los objetos, los que sobran y aún los que faltan. Los objetos que sobran son los que empiezan a robar nuestra energía. De modo inconciente los objetos que nos rodean y que están relacionados con nuestros recuerdos, influyen en esa energía. Es muy difícil llevar adelante nuestra vida diaria si nuestra casa esta rodeado de objetos que pertenecen a un desagradable pasado.
Es posible que si nos rodeamos de cosas rotas, o en desuso o bien que ya no nos gustan, suframos de un permanente cansancio y hasta de determinadas enfermedades. El acumular cosas que no nos sirven, es malo y nos quita energía, parte de la fuerza propia. Todos aquellos objetos que sobran, o que nos mantienen atados a un tiempo que ya fue, a determinadas personas o incluso a nosotros mismos, son negativos. Los objetos que están cargados de energía negativa son todos aquellos que mantienen vivos momentos de tristeza, de soledad, de muerte, épocas de crisis, de abandono.
Se debe evitar que las fotos de nuestros muertos ocupen lugares centrales, ni mantener velas encendidas en su memoria. No debemos transformar nuestra casa en altares de luto permanente, ni tampoco mantener la habitación tal y como la dejó la persona que se fue, ya que la energía quedará estancada, y se manifestará en forma de depresión, fatiga, tristeza. Todos estos objetos no son recomendables y debemos eliminarlos, pues son, los que no nos permiten seguir adelante, ni llevar a cabo nuevos proyectos y nos robarán la energía para progresar.
¿Cómo sanar la casa enferma?
La solución es eliminar o regalar todos aquellos objetos que encierren malos recuerdos. Es necesario mantener solamente aquellos objetos que nos aportan energía Chi de crecimiento, y son los que nos traen buenos recuerdos de un pasado agradable, los que están relacionados con proyectos futuros. Pueden ser recuerdos de viajes felices, fotos de nuestros hijos, de nuestro amor, de amigos, de nietos, regalos recibidos de gente a la que queremos, objetos de nuestra infancia en la que fuimos felices, etc. lo que nos aporta energía Chi creativa son todos aquellos objetos que nos alegra el corazón o que nos hace esbozar una sonrisa.
Para recargar la casa de energía y devolverle la vida podemos utilizar acuarios, que al igual que las fuentes de interior expanden su vida a todo alrededor, alejan la tristeza, los malos recuerdos y permiten que la energía fluya constantemente.
Los cuadros con paisajes o póster con perspectiva, otorgan sensación de serenidad y renuevan la energía, otorgando una brisa de aire fresco.
El dormitorio es el lugar que requiere especial cuidado, ya que en él reponemos nuestra energía para comenzar cada día. Por eso este lugar debe estar rodeado de objetos que nos traigan solo buenos recuerdos o que simplemente sean de nuestro agrado. Debemos prestar atención a todo lo que nos rodea en nuestro dormitorio, si todo lo que vemos es de nuestro agrado y nos trae recuerdos positivos y armónicos, todo este bien. Si encuentras objetos relacionados con conflictos, problemas o temas sin resolver, debemos eliminarlos de la habitación y reemplazarlos por objetos positivos.
A veces la casa está atascada de objetos negativos y necesita una profunda limpieza, para ello existen formas sencillas que permiten renovar la energía Chi, sin necesidad de grandes ceremonias.
Tan solo con unos pequeños cambios y con mucho amor se puede curar una casa enferma. Las flores y las plantas frescas son muy beneficiosas para aportar vida, renovar toda la casa, limpiarla de malas vibraciones y eliminar la electricidad estática. Una bonita pantalla con una cálida luz, una lámpara de sal o cuarzo, limpian el ambiente y eliminan también la energía estática. Otra manera de limpiar la atmósfera de las habitaciones es la utilización de objetos que suenen de manera armónica, como campanas, cuernos de cuarzo o de metal o gongs. Quemar varitas de incienso, velas con esencias naturales, son los más efectivos y tradicionales.
Si tenemos en cuenta todos estos consejos nuestra casa dejará de estar sin vida y enferma y se transformará en un lugar que nos cargará de energía ni bien entremos en ella.
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